En el corazón de la provincia, en el partido de Saladillo, existe una estación ferroviaria que permanece intacta, pero sin trenes que la visiten.
La Estación Polvaredas fue inaugurada en 1911 y cerrada a fines del siglo pasado, aunque su estructura sigue en pie.

Hoy funciona como centro cultural, donde se realizan talleres, muestras y actividades comunitarias.
“Allí donde antes se escuchaba el silbato del tren, hoy se escuchan guitarras y risas de chicos”, cuentan los vecinos.
Es un ejemplo de cómo la memoria ferroviaria bonaerense se puede reconvertir en espacio de encuentro.

