Un instituto de investigación de Israel desarrolló un producto ecológico, resistente y comestible.

Se trata de un nuevo tipo de polímero compuesto, que se degrada fácilmente mediante bacterias en 90 días, siendo barato de producir y muy resistente.

Podrá aplicarse a diversos artículos industriales, lo que aportaría en gran medida a reducir el impacto negativo en el medio ambiente.

Los químicos John Hartwig y RJ Conk discuten el aparato experimental que reduce los plásticos a sus precursores monómeros, que luego se pueden usar para fabricar nuevos plásticos (Crédito: Robert Sanders, Universidad de California en Berkeley)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *